La escuela
Crónica del IV concurso para educadores
Durante los días 16 a 18 de octubre tuvo lugar, en la casa de espiritualidad San Francisco de Asís de El Pardo, el "IV CURSO PARA EDUCADORES: PROFUNDIZACIÓN EN EL FRANCISCANISMO". En realidad se trata del primer curso del segundo ciclo de estas jornadas, con el objetivo de “aprender a Francisco y Clara en modos nuevos”, a través de tres valores: ecología con Francisco, dignidad con Alejandro y ternura con Clara.
Durante los días 16 a 18 de octubre tuvo lugar, en la casa de espiritualidad San Francisco de Asís de El Pardo, el "IV CURSO PARA EDUCADORES: PROFUNDIZACIÓN EN EL FRANCISCANISMO". En realidad se trata del primer curso del segundo ciclo de estas jornadas, con el objetivo de “aprender a Francisco y Clara en modos nuevos”, a través de tres valores: ecología con Francisco, dignidad con Alejandro y ternura con Clara.
En primer lugar destacar la acogida y la estancia agradable, “como en casa”, dispensada por Margarita, Jesús y Fidel, y por supuesto el personal auxiliar.
El número de asistentes respecto a otros años fue sensiblemente menor, en particular se notó la ausencia de inscritos de Andalucía, pero por otra parte se ha conseguido una mayor convivencia, cercanía en relaciones, proximidad... más “en familia”. Concretamente participamos educadores de los centros: Nuestra Señora de Lourdes de Burgos (franciscanas misioneras de María), San Francisco de Asís de Manacor (franciscanas hijas de la misericordia), y colegios capuchinos de Logroño (Rey Pastor), Murcia (San Buenaventura), Madrid-Usera (Sagrado Corazón) y Zaragoza (San Antonio de Padua).
PRIMER DÍA.- Sesión de mañana: "con Francisco aprendo la ecología" (Margarita Suárez. Comunidad Académica ESEF, El Pardo, Madrid). Brillante exposición comenzando por centrarnos en un breve recorrido por la historia del movimiento ecologista y lo que socialmente ha supuesto. Valor éste que con cierta frecuencia se ha olvidado, o se ha mantenido en un segundo o tercer plano, dentro del franciscanismo, aunque paradójicamente haya sido más valorado por personas ajenas a él. De hecho Francisco fue declarado “patrono” de este movimiento en la década de los 60.
¿Qué aprendimos? Básicamente: la relación de Francisco no es tanto con la moderna ecología, sino con la Naturaleza entera, sin romper con las relaciones sociales ni apartarse del mundanal ruido, convive en los medios urbano-selvático (Subasio, La Verna). La relación que establece con la Naturaleza es fraterna y personal, cohabitando y concelebrando con todos seres, ya sean vivos o inertes, siempre en función de alabar al Creador, por ello se solidariza con todo lo creado, hasta el punto de darles categoría de persona, en plano de igualdad total. Es sólo después de la conversión, con sus adhesión total a Jesús, cuando surge en Francisco esta relación con la Naturaleza, como máxima expresión de la creación y el amor del Creador, incluyendo incluso a la pobreza y la muerte.
Sesión de tarde: taller “educación ambiental” (Luisa Salamanca – Verónica Delgado. AFILS, Castilla-León). Concreción de posibilidades que tenemos los educadores de llevar al aula actividades donde poner en práctica un mundo sostenible, inclusivo, donde el consumo no sea el que marque las reglas de convivencia, con transversalidad, y que sirva como medio difusor a toda la sociedad de otra forma de hacer las cosas.
SEGUNDO DÍA.- Sesión de mañana: “con Alejandro Labaka aprendo la dignidad” (hno. Fidel Aizpurúa, OFM cap). A pesar de que bastantes de los presentes ya habíamos trabajado la vida de Alejandro el curso pasado, el hno. Fidel supo contagiarnos desde el principio esa pasión de trabajar por la dignidad de los pobres, que implica un previo cambio de mentalidad: no es “misionar a infieles para que se conviertan”, es liberar de su pobreza, del tipo que sea, a los menores de la sociedad, devolviéndoles la dignidad, sin enjuiciar a las personas desde la moralidad, sino leyéndolas desde la dignidad, entendida como ayuda fraterna, como solidaridad. Esta evangelización, tal y como la entendieron Inés y Alejandro, se basa en practicar la promoción humana, y su clave es la integración. No se puede cumplir un programa pastoral si en él no hay una continuidad en la dignificación de las personas. Por ello en nuestros colegios debe primar sobre todo el subir el nivel de humanización de nuestro alumnado, a partir de ahí podremos buscar otros objetivos. Tenemos que adquirir una nueva mirada, a través del corazón, nadie se debe ir de nosotros sin haber visto una mirada de misericordia. Concluyendo en una frase: misionero es aquél que traspasa las fronteras de la comunidad cristiana –fronteras personales, sociales, religiosas, culturales, de estatus...).
Sesión de tarde: taller “enseñar la dignidad en modos cotidianos” (Xabier Parra, SERCADE). A través de la profunda experiencia de Xabier en tierras de “frontera”, donde los parámetros por los que nos regimos habitualmente no cuentan, analizamos casos reales donde la confrontación de vidas, algunos casos extremos y la dignidad de las personas son casi una anécdota. El tiempo marcado se nos hizo corto, pero suficiente para poder establecer, no sin dificultad, quiénes son los destinatarios de nuestra “misión”, quiénes son los menores que en nuestra acción evangelizadora debemos proteger, acompañar, incluir, igualitar...
TERCER DÍA.- Sesión de mañana: “con Clara aprendo la ternura” (hna. María Contreras, OSC). Sólo con oir la exposición de la hna. María quedamos imbuidos perfectamente en el sentido de lo que la ternura supuso en el quehacer de “la hermana Luna”. En ella la ternura de Dios está totalmente unida al ideal franciscano de fraternidad y minoridad, y son amplios los ejemplos que podemos encontrar en todos los relatos y escritos, como en la correspondencia mantenida con Inés de Praga. Como el hecho de negarse a ser llamada abadesa, asociando “el cargo” a abadesa-madre o abadesa-esclava, con detalles aparentemente nimios, pero muy ejemplificadores (arropar a todas las hermanas por la noche para que no se enfriaran). No quiere decir con todo esto que su personalidad no fuera fuerte, ya que consiguió mantener el ideal franciscano, entre las damas pobres, en estado puro, incluso en contra de la voluntad y los ardides del papado de la época. El único “privilegio” que aceptó fue el de la pobreza.
Su forma de entender la autoridad no tiene nada que ver con la que muchas veces esgrimimos, estando llena de igualdad y respeto, donde la norma era la ternura, contando para todo con las hermanas, ya que "muchas veces el Señor revela a la que es menor lo que es más conveniente". Lo que Clara busca es una fraternidad en comunión con la abadesa, en diálogo fraterno de integración en la vida común; no se trata de uniformidad, sino de unión interior. Ciertamente es mucho lo que tenemos que aprender, y más quien ostente algún tipo de responsabilidad, en las relaciones con los demás.
Por la tarde no hubo sesión, todo un acierto, para facilitar la vuelta a los lugares de origen. En este punto quiero destacar el detalle de María, Inma y Pepe, compañeros de Usera, que pusieron sus vehículos a nuestra disposición para llevarnos a las correspondientes estaciones.
Como comentario final creo que baste con decir que todos los participantes nos quedamos con ganas de volver el próximo año a seguir aprendiendo, transmitiendo e incorporando a nuestras vidas el estilo de Francisco.
PAZ Y BIEN. Jesús Crusellas, maestro del colegio capuchino San Antonio de Padua, de Zaragoza.