Semana 9ª-11ª: 9 – 27 de marzo de 2020

Como todos sabéis, en medio de estos días de zozobra y alarma en todo el mundo y entre nosotros, y ya de manera telemática desde el 16 de marzo, continuamos nuestro estudio del carisma enfocados en la historia de la Orden de los Hermanos Menores a cargo de José Ángel Echeverría, de la Orden de Santa Clara a cargo de Mari Mar Graña, y la Tercera Orden Seglar a cargo de Francisco Javier Rojo, quien además compartió una sesión sobre la arquitectura franciscana.

Gracias al estudio realizado en profundidad pudimos valorar en su conjunto la Historia del movimiento franciscano. Este curso ayudó mucho en la comprensión de los orígenes de las tres Ordenes, pues en muchas ocasiones idealizamos nuestros comienzos pensando que el camino recorrido por nuestros hermanos fue fácil. Eso en el mejor de los casos, en el peor de ellos ignoramos y desconocemos incluso nuestra propia historia. Conocer los acontecimientos históricos de la familia franciscana: los conflictos a nivel interno, las dificultades con la Curia Romana, las tensiones con otras Ordenes incluso entre las hermanas y los seglares, etc., todo nos lleva a tomar una postura crítica y cuestionar los esfuerzos que hacemos por ser fieles al ideal de Francisco. Sin embargo, ahondando en la Edad Media descubrimos la riqueza que trajo consigo el movimiento franciscano: un nuevo carisma y Reglas, fidelidad y apoyo pastoral a la Iglesia, santidad de hermanos, renovación eclesial, etc… Hechos que nos impulsan a mantener vivo y actual el carisma iniciado por Francisco. 

Conociendo la historia descubrimos también la valiosa aportación de hombres y mujeres poco conocidos y con gran lucidez y vitalidad para nuestros tiempos, místicos y místicas que tuvieron una experiencia profunda de Dios y del carisma. Descubrimos, pues, una invitación a beber de las fuentes de nuestra propia espiritualidad, de la vida de nuestros santos y santas que como nosotros escogieron el camino trazado por Francisco y Clara de Asís. Vislumbramos así la respuesta que el movimiento franciscano fue dando a su tiempo, incluso los aportes que llegaron hasta América Latina. Esto último resultó iluminador para todos los latinoamericanos pues la percepción de las fundaciones franciscanas trae consigo toda esta historia y la inserta en una realidad muy diversa. Valoramos y agradecemos el esfuerzo hecho por nuestros hermanos en todo el recorrido histórico de la Orden.

Por último, descubrimos un mundo nuevo donde el franciscanismo dejó su huella: la arquitectura. Es impresionante cómo nuestro carisma impregna y se refleja no solo en la persona sino también en los edificios. Pudimos apreciar y disfrutar el arte franciscano medieval con su significado teológico y estético. Así, asumimos una sensibilidad especial en nosotros para descubrir y trasmitir el significado franciscano de este tipo de expresiones de arte. 

Gerardo Almeida, OFMCap
Custodia “Nuestra Señora de Guadalupe”, México-Texas