En una situación de postpandemia, la ESEF ha vuelto a celebrar su Congreso anual, punto relevante de su plan de estudios, con toda normalidad. Tuvo lugar en su sede de Madrid los días 20 y 21 de mayo de 2013. El número participantes  presenciales fue abundante (46) al que se sumaron algunos vía on line (11).

El tema de esto Congreso fue: CONTEMPLAR LO HUMANO CON LOS OJOS DE FRANCISCO: DE GRECCIO A NUESTROS DÍAS. El episodio de Greccio es, en la espiritualidad franciscana, imagen viva del encuentro del misterio de Dios y el mis-terio del hombre. Francisco de Asís, conmovido ante la piel recién nacida de Jesús, realiza un acto poético ––la representación del Belén––, pleno de significación simbólica y abierto a la sensibilidad de los sencillos.

Se abrieron las Jornadas con la ponencia marco del profesor del Antonianum y al mismo tiempo de la ESEF Nestor Bernardo Molina, hermano Capuchino, que versó sobre La “humildad de la encarnación” representada por san Francisco en Greccio. Con un matizado análisis textual del capítulo XXX de la Vita beati Francisci de Celano mostró el horizonte eucarístico del misterio de Greccio y sus implicaciones espirituales.

La segunda ponencia corrió a cargo del filósofo Ignacio Verdú, profesor en Comillas así como en la ESEF. Con profunda agudeza de análisis y con precisión de lenguaje desarrolló el tema: El ser del ser humano: amor y misterio. Mostró el po-nente la profunda conexión de lo celebrado en Greccio con los fundamentos de la relación y del amor.

La tercera reflexión la dirigió Víctor Herrero, hermano Capuchino, profesor en Comillas y en la ESEF. Con un análisis detenido de cuatro capítulos del Génesis (4, 11, 12 y 32), y con maestría lingüística construyó la ponencia titulada: Máscaras y carne. El misterio humano en la búsqueda de Dios. Quedó demostrado que con el despojamiento de las máscaras se accede a la carne y, desde ella, al misterio.

La cuarta intervención estuvo a cargo de Xabier Parra, director de SERCADE (Servicio Capuchino de Ayuda al Desarrollo) e, igualmente, profesor en la Escuela. Expuso de manera vivencial el tema: La herida que cura lo humano: claves para elaborar ese mundo que queremos. Se centró en la implicación que se demanda a toda persona para construir otro modelo de desarrollo humano.

Por la noche, la Escuela ofreció un magnífico concierto de música clásica en la abarrotada iglesia conventual a cargo de Pavel Gomziakov (cello) y Josu Okiñena (piano) bajo el epígrafe de La música como expresión humanista y artísti-ca del espíritu franciscano. Se interpretaron obras de Franz Liszt (Zweite elegie), Franz Schubert (Sonata D 821), Aita Donostia (El mendigo moribundo) y Maurice Ravel (Sonata para cello y piano). Todas las obras fueron acogidas con admiración, particularmente la del P. Donostia, estreno absoluto. Los prolongados aplausos dieron fe del agrado del público.

La segunda jornada se abrió con la ponencia de Juan Antonio Sánchez López, profesor de Historia del Arte en la universidad de Almería y perteneciente al claustro de la ESEF titulada: El espíritu franciscano y el despertar de la iconografía de Jesús Niño. Con maestría inigualable fue desgranando los trasfondos de esa ico-nografía y su fundamento conceptual y religioso.

Terminó el Congreso con las celebración eucarística en la misa con el pue-blo y un jugoso aperitivo ofrecido por la ESEF a todos los Congresistas. El estudio y la fraternidad gozosa convivieron en estas Jornadas. El agradecimiento a la Escuela estuvo en boca de todos los participantes.

Fidel Aizpurúa Donazar